sábado, 8 de febrero de 2014

¡Hola, te ves muy bien!


Esto pasa cuando conoces a la ptista perfecta para ti. Te cagas. No literal, aunque a veces sí. Depende la circunstancia, uno puede quedarse mirando, y a veces, en un muy especial y prácticamente imposible escenario, acercarte y decir, ¡hola, te ves muy bien! ¿Pero quién en su sano juicio diría “te ves muy bien” a alguien que no conoce? Bueno, alguien que acaba de encontrar algo que no buscaba. Porque uno no va por la vida buscando a la ptitsa perfecta. No. Ellas llegan cuando menos te lo esperas, a veces cuando más lo necesitas, o cuando siquiera sabías que existían, pero llegan. Así tengas 5 o 50 años; llegan aunque no las reconozcan, aunque no quieras verlas. Tú tienes el control sobre tu vida, sí, sigue pensando eso, tal vez sea cierto, pero no tienes el control sobre la ptitsa perfecta para ti. Y pobre de ti si no estás preparado. Porque una cosa es no buscarlo, y otra muy diferente es no estar preparado. Sí, así de cabrón, pero tarde o temprano, ese, que ahora tal vez no lo seas, serás tú. Tú ahí parado, con menos de 5 segundos para decir: ¡Hola, te ves muy bien! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario